La retribución salarial es importante, pero solo hasta cierto punto. Las subidas salariales no provocan una mejora de la productividad o de la actuación individual de forma automática. El compromiso, la ética en el trabajo y la motivación no están directamente relacionados con la retribución, sino con otros factores más cualitativos, explica la revista de gestión online www.inc.com.
Para implicarse en una empresa, los empleados necesitan estas ocho cosas, y es responsabilidad de la empresa concedérselas:
- Libertad. Lo que se conoce comúnmente como empowerment. La autonomía y la flexibilidad incentivan el compromiso y la satisfacción al mismo tiempo que fomentan la innovación. Siempre que sea posible, es importante que los empleados tengan la libertad para trabajar en la forma en que consideran más adecuada.
- Objetivos. Todos, en mayor o menor medida, somos competitivos. Los objetivos proporcionan una sensación de propósito y dan significado incluso a las tareas más tediosas y repetitivas. Sin un objetivo, el trabajo es simplemente trabajo.
- Una misión. A todos nos gusta sentirnos parte de algo más grande que nosotros mismos. Esforzarse para ser valorado como el mejor, el más grande o el más rápido proporciona de nuevo un sentido de propósito. Es importante que la empresa haga saber al empleado que es lo que quiere conseguir para el negocio, para los clientes e incluso para la sociedad. Y si puedes, permite crear algunas misiones propias. Preocuparse comienza por saber de que hay que preocuparse y por qué.
- Expectativas. A pesar de que todos los puestos de trabajo permiten cierto nivel de flexibilidad, también necesita unas expectativas básicas sobre cómo deben ser gestionadas las situaciones. Pocas cosas son más estresantes que no saber que espera tu responsable de un momento al siguiente. Cuando los estándares son modificados, hay que asegurarse que se realiza una adecuada comunicación de los cambios. En el caso de que esto no haya sido posible, hay que explicar el motivo por el cual esta situación es diferente y cuál es el motivo que ha llevado a tomar esta decisión.
- Input. Todo el mundo quiere aportar sus ideas y sugerencias. No dar a tus colaboradores la oportunidad de hacer sugerencias o desechar sus ideas sin una mínima consideración acaba por provocar que no se preocupen, que no se impliquen. Facilita a tus empleados que hagan sus propias sugerencias. Cuando una idea no sea factible, tómate el tiempo para explicar porque. No se pueden implementar todas las propuestas, pero siempre puedes hacer que la gente se sienta valorada por sus ideas.
- Conexión. Las personas no queremos trabajar simplemente por la retribución. Queremos trabajar con personas y para personas. Una palabra amable, una pequeña conversación sobre la familia, una breve visita para ver si tus colegas necesitan cualquier cosa… Esos momentos son mucho más importantes que las reuniones o las evaluaciones formales.
- Consistencia. La mayoría de la gente puede hacer frente a un jefe exigente y crítico siempre que dé a sus empleados el mismo trato. Se puede tratar a los colaboradores de forma diferente unos de otros pero siempre de forma justa. La clave para mantener la consistencia es comunicar. Si entienden porque se ha tomado una decisión es menos probable que asuman que ha habido un trato de favor con otro compañero.
- Futuro. Todos los trabajos deberían tener el potencial de llevar a algo más, dentro o fuera de la compañía. Es importante tomarse el tiempo necesario para desarrollar las capacidades de los empleados, no solo para el actual puesto sino para posibles puestos futuros. Si tus colaboradores aprecian que te preocupas por ellos, ellos se preocuparán por tu negocio, asegura el artículo.