Educación y Management

Los tiempos cambian: quiero empleados que pregunten «por qué»

General e históricamente siempre se ha sentido un cierto reparo hacia los empleados que preguntan, los que quieren saber el “por qué” de las cosas; se les ha llegado a considerar incluso una molestia que apenas merecía atención. Sin embargo, varias investigaciones últimas han demostrado que, precisamente, estos empleados hacen un enorme favor a su empresa con sus preguntas e inquiriendo el “por qué” de ciertas decisiones, según escribe Harvey Mackay en Inc.com.

En la Wharton School of Business de la Universidad de Pensilvania se llevó a cabo un experimento que demostró que es preferible saber el “por qué”. Tres grupos de estudiantes, a través de llamadas telefónicas, pretendían captar donaciones para ciertos fines. Cada grupo aplicó una táctica diferente. El grupo que explicaba el asunto acompañado de su “por qué” recaudó el doble de dinero que cada uno de los otros grupos.

Parece ser que los empleados sienten una especial motivación cuando conocen el “por qué” de las decisiones. Hay un dicho en el campo de las ventas que dice: “Un vendedor habla; un buen vendedor explica y un gran vendedor demuestra”. Cuando un empleado pregunta “por qué” la empresa hace las cosas de cierta manera y se le ofrece una razón lógica el empleado sabe que lo que hace tiene validez. Pero si la respuesta que recibe es que “siempre se ha hecho así”, el empleado puede reconsiderar su motivación.

La sabiduría convencional siempre ha resaltado que los jefes intermedios y los empleados hacen lo que se les dice. Pero nosotros ya hemos aprendido que el pensamiento es al revés. Las personas que están haciendo lo que se les dice y preguntan, a menudo aportan excelentes ideas ya que desafían las prácticas tradicionales.

La innovación no es del dominio exclusivo de la dirección. Hay que prestar a aquellos empleados que con seriedad y compromiso preguntan “por qué”. Demuestran interés por sus puestos de trabajo y presentan una curiosidad que a la larga podría traducirse en capacidad de liderazgo. Hay que animar a los empleados para que ofrezcan sus sugerencias y hay que prestarles la atención debida. Puede que sean los próximos en tomar decisiones, termina el artículo de Inc.com.

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