Estrategia Global y Geopolítica

Será necesaria la colaboración entre gobiernos y empresas para que el mercado laboral global sea estable, según McKinsey

Durante las últimas tres décadas, cuando las economías industrializadas y las que iniciaban su desarrollo comenzaron a competir internacionalmente, un gran mercado laboral mundial comenzó a tomar forma. A medida que más de mil millones de personas ingresaron en la fuerza de trabajo, en un movimiento masivo “desde la granja a la fábrica” se aceleró bruscamente el crecimiento de la productividad, el PIB y la renta per cápita en China y otros países tradicionalmente rurales, ayudando a cientos de millones de personas a salir de la pobreza. Para aumentar la productividad, las economías desarrolladas invirtieron en tecnologías de ahorro de mano de obra y se aprovecharon de las fuentes mundiales de mano de obra barata.

Hoy día, las tensiones en este mercado son cada vez más evidentes. En las economías avanzadas, la demanda de trabajadores altamente capacitados está creciendo más rápidamente que la oferta, mientras que la demanda de mano de obra poco calificada sigue siendo débil. La cuota global de la renta de trabajo, o la proporción del ingreso nacional que va a la compensación del trabajador, ha caído, y la desigualdad de ingresos de los trabajadores de baja calificación está creciendo, incluyendo los 75 millones de jóvenes sin experiencia, los subempleados y los receptores de salarios estancados.

Click para agrandar

Un informe de McKinsey Global Institute considera que estas tendencias cobran fuerza y que se extienden a China y a otras economías en desarrollo, a medida que la fuerza de trabajo mundial se aproxima a los 3.500 millones de personas que habrá en 2030. Sobre la base de las tendencias actuales de la población, la educación y la demanda de trabajo, el informe prevé que en 2020 la economía mundial podría enfrentarse a algunos problemas si no se adoptan las medidas necesarias para evitarlos:

• De 38 a 40 millones de trabajadores con estudios universitarios o de postgrado no serían necesarios. • Habría unos 45 millones de trabajadores con educación secundaria menos en las economías en desarrollo. • Mientras que de 90 a 95 millones más de trabajadores poco cualificados (los que no tienen formación universitaria en las economías avanzadas, o sin ni siquiera la educación secundaria en las economías en desarrollo) serían necesarios en las empresas.

Click para agrandar

La dinámica del mercado de trabajo global hará estos retos aún más difíciles. La población en China, así como en muchas economías avanzadas, está envejeciendo, reduciendo la tasa de crecimiento de la oferta laboral; la mayor parte de las incorporaciones a la fuerza de trabajo mundial se producirán en la India y en las jóvenes economías en desarrollo de África y del Sur de Asia. El envejecimiento probablemente añada 360 millones de personas mayores al fondo común mundial de los que no participan en la fuerza laboral, incluyendo 38 millones de trabajadores con educación universitaria, cuyas capacidades serán insuficientes a  corto plazo.

Para eliminar los desequilibrios previstos antes de que su impacto se haga sentir, las fuerzas del mercado han de aplicar un esfuerzo concertado y global entre los gobiernos y las empresas que sea capaz de elevar el nivel educativo y de ofrecer capacitación específica. Será necesario que las economías avanzadas logren que el número de jóvenes con títulos universitarios aumente así como encontrar la manera de que se gradúen  más estudiantes en ciencia, ingeniería y otros campos técnicos; la demanda de estos trabajadores será alta y la voluntad de sus contribuciones será fundamental para cumplir con el imperativo de elevar la productividad.

Las empresas que operan en este mundo de escasas habilidades deben saber encontrar las reservas de talento con las capacidades que se necesitan y construir estrategias para la contratación, retención y capacitación de los trabajadores que les proporcionará una ventaja competitiva. Esto incluye encontrar maneras de retener a las mujeres más cualificadas y a trabajadores mayores, según el informe de McKinsey. Las empresas también tendrán que aumentar significativamente sus actividades en la formación de la educación pública y en los sistemas de formación con el fin de construir canales de distribución de trabajadores con las habilidades adecuadas para la economía global del siglo XXI.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *