Las expectativas económicas mundiales se enfrían, según The Economist y McKinsey

La misma semana en que el Gobierno ha salido en tromba para anunciar que el inicio de la recuperación en España está, como quien dice, a la vuelta de la esquina, aparecen algunas sombras sobre la sostenibilidad de una nueva etapa de crecimiento en Europa y en España.

A las dudas sobre China y otros emergentes, plasmadas en una reciente comentario del Chief Economist del semanario británico The Economist, Robin Bew, se ha sumado el anuncio de la Reserva Federal de EEUU (FED) y su presidente Ben Bernanke anunciando el final de los incentivos económicos a finales de año.

En la misma línea, un estudio que acaba de publicar la consultora McKinsey (Economic Conditions Snapshot, June 2013), enfría la mejora de expectativas que venía produciéndose en los últimos trimestres y la principal conclusión es que dichas perspectivas se estancan, especialmente entre lo encuestados de los países emergentes.

No es oro, pues, todo lo que reluce. Más bien al contrario. Y lo peor que podría pasar a la ya devastada economía española y sus agentes económicos sería un mal manejo de las expectativas.

La cosa no es sencilla. Igual que es importante tratar de modificar el sentimiento de la población y hablar de la luz al final del túnel cuando ésta se avista, puede ser muy negativo volver a cometer el error de ver brotes verdes donde no los hay. Una cosa es la mala hierba y otra muy distinta una semilla bien plantada que germina con robustez y buena salud.

Por ello, tan importante es acertar en el diagnóstico y las medidas adoptadas como comunicarlas adecuadamente.