Se afirma que las nuevas tecnologías hacen que tengamos memoria de pez, pero hay mucho que explicar sobre el asunto.
¿Cómo llamar la atención con los mensajes en un mundo cada vez más saturado de información? Esa es la pregunta que todos los profesionales de la comunicación se hacen, pero tendrían que plantearse otra todavía más peliaguda. ¿Cómo hacerse escuchar si las personas prestan cada vez menos atención y la capacidad de concentrarse es cada vez menor?
De hecho, usted no debería estar leyendo este segundo párrafo. De hacer caso a lo que aseguran algunos, la atención media de las personas es de unos ocho segundos, así que en el tiempo que dedicó a leer las cinco primeras líneas de este post su cabeza debió desviarse seguramente hacia otra cosa. Si por el contrario es de esas personas que aún se mantienen atentas, por favor, siga leyendo, porque puede interesarle.
En 2015, la filial canadiense de Microsoft impulsó un estudio para conocer cómo variaba la capacidad de atención de las personas según el uso que hacían de las tecnologías digitales (Attention spans. Consumer insights). Los investigadores entrevistaron a más de 2.000 individuos y midieron con encefalogramas la actividad cerebral de otro centenar mientras realizaban tareas. Concluyeron que la capacidad de mantener la atención a largo plazo disminuía en aquellos que más información consumían, más usaban las redes sociales y más recurrían a la multitarea con pantallas.
Pero, al mismo tiempo, concluyeron que los más habituados a entornos tecnológicos tenían más desarrollada la capacidad de concentrarse breve e intensamente en algo. Y también la habilidad de cambiar rápidamente su foco de atención entre tareas que requieren distintas habilidades cognitivas.
El estudio distinguía entre esos tres tipos de atención, la sostenida en el tiempo, la selectiva y la alternativa o de multitarea. Y recomendaba tenerlo en cuenta a efectos de comunicación: las generaciones más tecnológicas son más proclives a atender a varias cosas a la vez y son capaces de concentrarse intensamente en algo, pero durante poco tiempo. Las recomendaciones de Microsoft para los comunicadores eran estas:
- Sé claro, personal, relevante y ve directamente al grano
- Desafía las expectativas, ofrece contenido enriquecido y en movimiento para captar la atención
- Incluye mensajes apelativos, sé interactivo, usa mensajes secuenciales, crea contenidos que sean inmersivos y que supongan una experiencia
“Estamos en un mundo donde la commodity cada vez más escasa es la capacidad de atención de las personas», afirmaba en la presentación del estudio el consejero delegado de Microsoft, Satya Nadella.
Se suele atribuir a esa misma investigación de Microfoft la afirmación de que la atención humana ha disminuido con el tiempo y que no llega más que a los ocho segundos. Pero este dato no es fruto de la investigación sino una cita del Statistic Brain Institute incluida en el estudio.
En realidad, ese dato es muy matizable. Según los doctores Dianne Dukette y David Cornish, ocho segundos es el tiempo medio que una persona tarda en pestañear cuando está leyendo y también el tiempo medio que tarda un pensamiento inconsciente en venirle a la cabeza mientras lee. Pero eso no quiere decir que necesariamente abandone la lectura. De hecho, según Dukette y Cornish, los niños pueden permanecer extremadamente atentos unos 3-5 minutos y los adultos hasta unos 20, momento en el que la mente realiza un descanso. Lo que no quiere decir que no sea capaz de regresar a la lectura después.
Por último, también se atribuye a Microsoft y circula como la pólvora por internet la afirmación de que, frente a esos ocho segundos de atención humana, los peces, o exactamente las carpas (goldfish), son capaces de ‘concentrarse’ durante nueve segundos. En realidad es también un dato del Statistic Brain Institute. Resulta muy espectacular, pero no hay un sólo estudio localizado que lo explique.
¿Qué podemos hacer los comunicadores a la vista de todo esto? Quizá, hacer caso a Microsoft y ser más directos, mas concisos y contar con que los actuales lectores se concentran mucho en el primer flash, pero luego se despistan. Es de temer que este post no haya cumplido esas reglas, pero habrá que confiar en que, a pesar de todo, las personas son capaces de leer 697 palabras como estas seguidas.
¿O es que no ha llegado usted hasta aquí?
